Reflexiones de Juan 5
Mientras más leemos su palabra más revelación de ella recibimos. Es impresionante como Dios nos habla de diversas manaras al leer su palabra. Esta mañana mientras me disponía a escuchar a Dios por medio de palabra me impacto mucho este versículo. Te recomiendo hacer esto, lee un capítulo diario de la biblia del libro que Dios te ponga. Léelo lentamente, cuidadosamente, y pídele a Dios que te hable y escribe lo que él te habla. Me sorprende que tantas veces he leído estos versículos, pero hoy vi algo que nunca había visto. Fue la situación de este hombre quien estaba allí esperando un milagro por treinta ocho años, pero lo triste fue que no lo recibió porque nadie tuvo compasión de él y lo metió a las aguas. Nos damos cuenta de esto por lo que él le dijo a Jesús, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Increíble, que aun los que están mal por la situación que sea tampoco tienen misericordia de los demás. Cuando muchos de esos enfermos recibieron su sanidad ningún pensó en volver allí y ayudar a ese hombre que no podía caminar. Solo Jesús pensó en él por eso vino y le dijo levántate y anda. Hoy Jesús no hace eso, nos dejó a nosotros para ser sus manos y pies. Debemos de examinarnos para saber si amamos el prójimo como a nosotros mismo. Si estamos carente de misericordia que es una de las más grandes virtudes que un ser humano puede poseer. Estos versículos me dejaron pensando en que desde el tiempo de Jesús hasta ahora la humanidad carece de misericordia, y compasión por el prójimo. Pidámosles al señor que no permita que el amor en nosotros se enfríe que nos ayude a ver a través de sus ojos de amor y piedad. P. Judy Jaramillo
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