lunes, 19 de abril de 2021

¡De pedro aprendemos todos!


 


La mayoría de personas son como pedro cuando era inmaduro espiritualmente. Pedro estaba tan emocionado, y dispuesto a morir por Jesús pero cuando llego el momento de la prueba lo negó.
Y esto nos enseña a todos una gran lección, que la fe en Cristo no radica en emociones, sino en una convicción verdaderas de quien es Jesús en nuestras vidas. Pedro había caminado con Jesús presenciado muchos milagros pero aun le  faltaba  que su fe fuera afirmada. . Y la herramienta perfecta para esto es la prueba, en la prueba o nadas ,o te hundes. Jesús le enseño a pedro que no es solo decir creo de boca y esto le pasa a muchos creyentes están firme con Dios “supuestamente” hasta que le llega el momento  decivo de decir si yo creo en Cristo o negarlo con nuestra acción.  Y creo que más de uno de nosotros necesitamos que el gallo nos cante para saber si de verdad estamos o no estamos en Cristo. El apóstol Pablo lo pone de esta manera examinémonos para ver si estamos en la fe. Porque el que crea que esta firme mire que no caiga. Ese momento  transformo a Pedro trabajo en el de una manera que  reconoció su verdadera condición y aunque fue doloroso lo ayudo a verdaderamente afirmara su fe en  el Mesias. Después de eso Pedro no fue el mismo. Y la verdad no es hasta que somos probados que sabemos si de verdad creemos en Dios con todo nuestro corazón. La prueba fue en sí para que pedro viera como estaba espiritualmente . El reconoció que en verdad lo que salía de su boca no estaba en su corazón. Y hoy nos pasa lo mismo décimos que creemos en él, pero con nuestros hechos lo negamos. Siempre he dicho esta frase el gallo canto y pedro entendió.  Que el señor nos ayude a afirmarnos en la fe y no seamos de aquellos que dice si señor yo moriría por ti, pero cuando empieza la persecución digamos jamás lo conocí.

P. Judy Jaramillo

miércoles, 7 de abril de 2021


Reflexiones de Juan 5
Mientras más leemos su palabra más revelación de ella recibimos. Es impresionante como Dios nos habla de diversas manaras al leer su palabra. Esta mañana mientras me disponía a escuchar a Dios por medio de palabra me impacto mucho este versículo. Te recomiendo hacer esto, lee un capítulo diario de la biblia del libro que Dios te ponga. Léelo lentamente, cuidadosamente, y pídele a Dios que te hable y escribe lo que él te habla. Me sorprende que tantas veces he leído estos versículos, pero hoy vi algo que nunca había visto. Fue la situación de este hombre quien estaba allí esperando un milagro por treinta ocho años, pero lo triste fue que no lo recibió porque nadie tuvo compasión de él y lo metió a las aguas. Nos damos cuenta de esto por lo que él le dijo a Jesús, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Increíble, que aun los que están mal por la situación que sea tampoco tienen misericordia de los demás. Cuando muchos de esos enfermos recibieron su sanidad ningún pensó en volver allí y ayudar a ese hombre que no podía caminar. Solo Jesús pensó en él por eso vino y le dijo levántate y anda. Hoy Jesús no hace eso, nos dejó a nosotros para ser sus manos y pies. Debemos de examinarnos para saber si amamos el prójimo como a nosotros mismo. Si estamos carente de misericordia que es una de las más grandes virtudes que un ser humano puede poseer. Estos versículos me dejaron pensando en que desde el tiempo de Jesús hasta ahora la humanidad carece de misericordia, y compasión por el prójimo. Pidámosles al señor que no permita que el amor en nosotros se enfríe que nos ayude a ver a través de sus ojos de amor y piedad. P. Judy Jaramillo

 

fortalecidos en su poder