viernes, 29 de diciembre de 2017

Reverencia a la palabra



Nehemías 8:2-3 Entonces el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían entender lo que oían. Era el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro frente a la plaza que estaba delante de la Puerta de las Aguas, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al Libro de la Ley.
Tremenda manifestación de reverencia a la palabra de Dios la cual ya hoy en día no se ve. Lamentablemente hoy en día se ha perdido la reverencia a la palabra de Dios. El respecto, y esa atención al exponente de la palabra y al mensaje que sé está siendo enseñado  se ha perdido. Es triste ver el desinterés de los creyentes mientras se predica la poderosa palabra de Dios muchos están mascando chicles, pendientes del teléfono, bostezando, durmiendo, visitando el baño. Pendiente de cuanto lleva la predica y a la hora que  se acaba el culto. Una irreverencia, y falta de respeto terrible a la palabra de Dios y su Santo Espíritu. Antes las personas cuando se leía la palabra de Dios se ponían de pie todos estaban atentos, callados con los oídos bien abierto escuchando el mensaje. Hoy están pendiente de otras cosas por eso aunque escuchan no retienen nada, usted le pregunta de que hablo el pastor en el servicio y no saben ni se acuerdan porque no prestan atención a lo que sé está compartiendo.

Santiago 1:22-23 Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos. Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Dice la palabra que cuando Esdra leyó la palabra estaban atentos al libro de ley y que sucede cuando uno le presta atención a la palabra, recibe lo que tu espíritu necesita para tu crecimiento espiritual pero si no presta atención como vas a entender y a aplicar a tu vida lo que escucha. Tienes que prestar atención porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos, y las intenciones del corazón. Si presta atención a la palabra Dios te va a hablar por medio de ella te va a cambiar, transformar, sanar, liberar y te restaurar. Tenemos que ser reverente a la palabra escucharla con mucho cuidado y aplicarla a nuestras vidas. De esa manera demostramos verdadera reverencia no es solo escuchar, es aplicar la palabra. Cuando lo  hacemos veremos cambios en nuestras vidas.
Desafortunadamente hay personas que creen que lo saben tanto y no escuchan ni dejan que los demás se concentren. Están tratando de predicarle el mensaje al predicador mientras este está disertando, hasta le completan el párrafo,  mala educación  y falta de respeto deje que el que está exponiendo exponga la palabra. Escuche aunque usted crea que sabe mucho porque algo se puede estar enseñando que a usted le está faltando y por estar interrumpiendo al que enseña no recibe nada. No lo sabemos todo  nos falta  mucho por aprender.
Cuidado con andar buscando palabra profética:
Hay personas que andan en buscando de una palabra y hasta terminan envueltos en falsos movimiento, o escuchando a falsos profetas porque quieren que Dios les hable pero no van a buscar palabra en la biblia cuando la palabra es el mejor método para escuchar la voz de Dios. Si tu escucha la palabra detenidamente, lee, meditas en ella Dios te va a hablar pero como te va a hablar si no ni lees, no pones en práctica, ni mucho menos pones atención a la divina palabra de Dios. Tenemos que ser como los de berea Hechos 17:11 Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así.  Nobleza: La cualidad de amar tanto la verdad como para querer oír o examinar la posición de alguien que no cree como uno. Esto lo necesitamos mucho hoy en día porque por no tenerle reverencia a la palabra el pueblo de Dios se pierde están siendo engañado por falsos maestros pero de quien es la culpa? de nosotros es nuestro deber indagar, profundizar, investigar lo que nos enseñan escuchar atentamente cuando nos enseñan para poder juzgar, y discernir si es doctrina sana o si pura falacia. Hermano si fuéramos más reverente a la palabra no estuviéramos en cautiverio y nuestro discernimiento estuviese muy afinado es tiempo de ser reverente a la palabra de Dios darle la honra que se merece recuerda que si tu  honra la palabra ella te honrara a ti.


Pastora Judy Jaramilo

 

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