Salmos 42:5
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío
En medio de dolor, y la pruebas Dios esta contigo.
Puede ser que no sientas que el está ahí.
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío
En medio de dolor, y la pruebas Dios esta contigo.
Puede ser que no sientas que el está ahí.
Muchas veces el dolor y el sufrimiento nos envuelve de tal manera que no podemos sentir su presencia.
Pero debemos confiar y volver a provocar su presencia en medio de nuestras luchas.
Tener la disposición de adorarlo en medio de las pruebas toca el Corazón de Dios. Aveces creemos que son las lágrimas, y la desesperación lo que lo mueve pero en realidad es la fe.
Esa fe que te lleva a creer aun cuando todo Parece que está en contra de ti.
Eso es fe cuando puede adorarle aun cuando tu Corazón está roto en mil pedazos. El dolor, las pruebas, y aflicción pueden convertirse en un desierto pero la clave para salir de esos desiertos está en tus manos.
Se llama fe tú puedes escoger creerle a Dios aun cuando las cosas no salgan como tú quieres o llorar, deprimirte, resentirte, o amargarte con Dios y los demás. Yo escojo aprender del dolor y las pruebas y créale a Dios por cosas más grandes.
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